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Descabezados y sin rumbo

lunes, abril 09, 2018

Ya tardábamos en ver aparecer en la escena política nuevamente a Pedro Sánchez. Su sonrisa oculta grandes estrategias negativas pues no es un político al uso sino un oportunista más bien.


La incertidumbre

Desde que hizo aparición el líder del Partido Socialista, Pedro Sánchez, para arrebatarle el control a un Rubalcaba ya caduco ya se dejó ver las intenciones de un ser frío y calculador. Dejó ver que lo importante para él no era el futuro de su partido político o el de su país sino más bien su interés económico y un ansia de poder era lo que le arrebataba el sueño.

Nos vendió la moto de que era el "hombre del cambio" y durante un tiempo actuó de esa forma, engañando a su electorado y a sus avales más importantes. Demostró que su ambición era más poderosa que la razón por la cual le ha llevado a su posición del "Gran Hombre" del partido que lidera pero, cuando una razón evidente y de peso intenta superarla, éste lo que hace es caer más si cabe al pozo del fracaso.
Pedro "Pedrito" Sánchez no es más que un vende-humos profesional llevado al fracaso de su ineptitud más placentera. Una persona sin carácter ni personalidad propia que infunde en los más débiles de mentes una simpatía oscura y escurridiza pues ante toda su palabrería no deja más que rencores y divagaciones vagas de énfasis autocríticas. 

Su ambición, esa es su peor forma de expresarse. Cada vez que abre la boca no es más que para culpar al resto de los mortales de lo mal que son, sin mirar a su propio hombligo. Para poder ver la paja en el ojo ajeno tienes que ser una persona con unas convicciones límpias y una conciencia muy tranquila, pues no puedes acudir a las masas para vender tu producto cuando por todos es sabido que lo que menos puedes hacer es vender un frasco de una poción que lo cura todo, cuando en realidad está envenenada y corrompida.
Barrer para casa es una de las mejores formas de limpiarlo todo. Si la basura la sigues dejando en casa y barres hacia afuera, el viento que propaga la verdad, volverá a traer esa basura y empezarás de nuevo. 

Distintos, pero iguales

El homólogo de Pedrito no puede quedarse atrás, evidentemente. Una persona que no ha hecho más que traicionar a su país con falsas promesas y un descontrol del partido que preside no es plato de buen gusto para el resto. 
Esa persona ha mostrado ser íntegra cuando el viento soplaba a su favor pero no ha querido dejar que veámos cómo realmente es, pues si así hubiera sido estaríamos hablando de que pese a su ineficacia política, podría ver sido un gran líder.

Mariano Rajoy ha demostrado que ante las adversidades políticas y financieras hay que mantener la cabeza fría y no dejarse llevar por las presiones políticas de la oposición más radical que hoy día existe en España. Una oposición que vino dando razones para un cambio y que sin embargo se han convertido en lo más pueril que ha existido jamás en la historia de nuestro gran país. La pócima mágica del cambio político vino envenenada con la misma pócima de la que bebió Pedro Sánchez hace años y que deja ver claros indicios de demencia a tan temprana edad.

Hace siglos que no se ven estas situaciones políticas tan deprimentes para todos. Y es que cuando el presidente de un país en el que antaño fue un Imperio deja en evidencia su propia política, no puede ser respetado por ninguna entidad física y mucho menos pretender ganar con garantías. El sistema político hace años que no tiene sentido en las condiciones que actualmente tiene y es que la corrupción política ha penetrado en un gen muy frágil y vulnerable y parece ser que no va a tener cura.
Logar una vacuna para subsanar la enfermedad de la corrupción no va a ser fácil para nadie y menos para quienes están más contagiados pero, la solución más radical y eficaz que se puede intentar para lograr resultados seguros ha de ser contundente. No importa el número de personas que haya que expulsar o detener para que el nombre de España vuelva a ser algo de importancia en lugar de atribuirle el sobrenombre de "País corrupto" y denigrar su pasado y su legado.

El partido político que nos gobierna a todos, el Partido Popular, podría ser un buen partido sino estuviera lleno de ratas y justicieros falsos que nos desprecian como pueblo y nos asfixian con sus leyes restrictivas. Nos venden una idea de solución y nos prohiben la posibilidad de mejorarla o eliminarla. Nos estamos volviendo ineptos como ciudadanos y estamos permitiendo que dejemos de existir como una entidad fuerte y solucionadora.


No existe una solución milagrosa que todo lo arregla como si de una pieza de carpintería se tratase, no, estamos hablando de una situación peligrosa y que con el paso de los años irá en aumento. Para poder solucionar esta infección, lo que necesitamos es una persona con una entereza moral y ética sana. ¿Quíen puede ser? Nadie lo sabe, pues por más que se busca no se encuentra. Pero hay algo que si tenemos que tener claro los españoles de hoy día y es que, desde hace milenios que nuestra sangre necesita de un líder que nos lleve hacia buen puerto pues cuando se nos deja descabezados y sin rumbo, somos peligrosos para nosotros mismos. - Alex Killuminati
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